Llueve sobre el asfalto

Domingo, noche a solas, con el diario en mi habita.
En el vinilo un piano gira
y yo recopilo versos para dar salida a un nuevo texto.
Todo está dicho,
no obstante, me pregunto si hay cabida en tu retina para un nuevo lamento.
De esos de Madrid, de invierno frío,
en la calle no hay silencio.
Llueve sobre asfalto.
Gente muriéndose de asco, amando lo prohibido.
Caen gotas de ácido, pero mis pies no se derriten, siguen fieles.
Recto camino entre falsos e imbéciles.
No te confundas chico, yo aprendo de lo vivido.
Y si ayer me la clavaste no esperes que hoy te abra un hueco en mi humilde corazoncito.
Eres un falso, un trepa y eso no puedes negarlo.
Haces daño a quien te apoya, echando mierda a la espalda y con descaro.
Tardé tiempo en darme cuenta, pero hoy sé de qué palo vas,
así que guarda tus máscaras para otras miradas,
que aquí no se te ha perdido nada.
Alguien dijo que si le caes bien a todo el mundo
eres un falso o estás falto de personalidad.
Creo que es una cuestión en la que todos deberíamos empezar a pensar.
Hay momentos en la vida en los que tienes que posicionarte,
dejar de actuar como mero espectador,
ser participe de tu realidad, pasar a la acción.
No te dejes influenciar, intenta sacar tu propia opinión.
Yo sigo con la verdad por delante,
sé que duele pero no esperes que en eso yo cambie.
Es mi principio, mi base, asi me expreso pese a todo.
Sigo intentando ser sincero en todo momento, pues si algún día dejo de serlo
para mí ya estaré muerto, eh,
para mí ya estaré muerto, eh.
Dime quién eh, quién desató la rabia en mi alma,
quién me obligó a odiar.
Dime quién eh, quien...